Y llegó MARÍA TERESA,
a ver al hombre de Olancho,
pues HONDURAS no endereza,
nada en deudas cual los chanchos.
Pero ESPAÑA madre pía,
dijo a MANUEL rocinante,
! condono lo que debías,
y dejo entrar emigrantes !.
La ayuda como respuesta,
nunca llega en demasía,
no vaya a la policía,
pues te roban o secuestran.
Tegucigalpa se ahoga,
el alcalde está advertido,
el picacho es invadido,
por invasores de moda.
Y MANUEL tomó las riendas,
de su caballo andaluz,
y en NICARAGUA intenta,
darle a DANIEL mucha luz.
El cipote 007
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